martes, julio 27

Sobre el "cambio sintáctico"

Por Stephanie Gonzales Quiroz


Heles Contreras (1983:34) afirma que «La fecunda labor de los gramáticos griegos y romanos, que nos legó los fundamentos de la gramática moderna, excluye por completo el estudio del orden de las palabras. Los gramáticos de Port Royal, cuyas especulaciones sobre la teoría gramatical han sido tan justamente alabadas recientemente por Chomsky (1965:48), tampoco prestaron mucha atención al orden, sin duda llevados por las ideas de que el orden sintáctico refleja simplemente el orden natural del razonamiento, y su estudio, por lo tanto, no es parte de la gramática […]. Lo mismo sucede con la mayor parte de los estructuralistas modernos. En efecto, la concepción saussureana de langue como sistema de unidades y relaciones relega la mayor parte de la sintaxis al dominio de la variación individual parole». Sin embargo, una excepción entre los estructuralistas norteamericanos es Joseph Greenberg (1963), puesto que ha formulado interesantes hipótesis tipológicas referidas al orden sintáctico.

Cuando se habla de cambio sintáctico sin hacer referencia a la Gramática Generativa de Chomsky, es decir, apelando a las corrientes comparativas, neogramáticas y, en algunos casos, estructuralistas, aquel es relacionado con el cambio fonológico, léxico y, sobre todo, morfológico. Sin embargo, como afirma Ángeles Romero (2006:40), Las unidades sintácticas tienen, de acuerdo con las características propias del nivel sintáctico, una naturaleza sustantivamente diferente a la de las unidades fónicas, morfológicas y léxicas. Esta circunstancia impone en el trabajo histórico una técnica de documentación específica. Aunque la Sintaxis sincrónica y diacrónica utiliza unidades de tipo categorial (sustantivo, adjetivo, verbo...), opera básicamente con unidades de carácter estructural (sintagma, “construcción”...) y relacional (sujeto, complemento directo...). Es verdad que en el nivel fónico cabría entender como unidad estructural y relacional la sílaba; pero la complejidad que alcanza su estructura es notablemente menor que la que presentan de ordinario las unidades sintácticas. Por lo tanto, estructuras y funciones constituyen unidades de carácter abstracto y se presentan, muchas veces, con independencia de cualquier realización fónica o léxica concreta.

Teodora Bynon (1981), nos presenta el desarrollo de la lingüística histórica, la cual tiene como principal objetivo explicar el cambio lingüístico. En síntesis, se llama cambio lingüístico al proceso de modificación y transformación que, en su evolución histórica, experimentan todas las lenguas en general, y las unidades lingüísticas de cada uno de sus niveles en particular. El cambio lingüístico se diferencia de la variación lingüística en que en el primero las modificaciones son diacrónicas, mientras que las variaciones son sincrónicas. Como consecuencia, todo cambio lingüístico genera una restructuración del sistema.

El cambio sintáctico es una clase de cambio lingüístico. Bynon (1981) lo desarrolla atendiendo a los enfoques Neogramático y Generativo. En cuanto al primero, únicamente nos dice que «No solamente en el nivel de la morfología pueden tener lugar los análisis de formas heredadas, esto puede suceder también en el caso de las estructuras sintácticas». Luego nos presenta algunos ejemplos, entre los cuales está el de la conjunción that en el inglés: «[…] se ha afirmado que la conjunción that en construcciones inglesas del tipo de I saw that he was asleep (‘Vi que estaba dormido’), al igual que en las equivalentes del latín vulgar (quod) y del alemán (dass), es el resultado de una segmentación “errónea” por parte del hablante nativo de una construcción que en principio era I saw that. He was asleep ‘Lo ví [sic]. Estaba dormido’ (frente a la del inglés moderno He was asleep. I saw that ‘Estaba dormido. Lo vi). Ahora se sabe que es un elemento que une la cláusula principal con la subordinada.

Paloma Tejada (1999:183-184), quien realiza un exhaustivo estudio del cambio lingüístico en el inglés, presenta también algunos ejemplos referidos al cambio sintáctico, pero relacionándolos con los de tipo morfológicos, es decir, se enfoca en cambios morfosintácticos. De esta manera, afirma que «en Inglés Antiguo gozaba de un sistema verbal en el que destacaban las relaciones aspectuales más que temporales. Es decir, resultaba más relevante el modo en que se realiza la acción que el momento en que ésta se produce. Para ello, contaba con un rico y flexible sistema derivativo de prefijos verbales (de alta combinabilidad e independencia), una diferenciación léxico-aspectual, bastante diluida, entre dos verbos, beon-wesan (similares a los castellanos ser y estar), y una amplia gama de construcciones perifrásticas resultativas, del tipo tener hecho, estar hecho o ser llegado, ser nacido, del español cervantino. […]Estos verbos, en el inglés antiguo, funcionan como verbos principales, con un valor más léxico que el actual (have y be + participio de perfecto (pp). […] A través del reanálisis morfosintáctico de estas construcciones y de la reinterpretación de sus significado resultativo inicial surgen los actuales perfectos y pasivas. Los PP, ya invariables, pierden autonomía y adquieren mayor fusión con el verbo hasta constituir con él una unidad, a partir de lo cual se produce el progresivo desplazamiento semántico hacia lo dinámico y lo temporal. De [soy] [llegado] se pasa a [he] [llegado]; de [tengo] [tres páginas leídas] a [he leído] [tres páginas] […]».

Por otro lado, la Gramática Generativa también analiza el cambio sintáctico, esta critica la poca atención que los estructuralistas le han prestado y sostiene (en sus propuestas iniciales) que las irregularidades en el cambio sintáctico «solo pueden captarse mediante una gramática que distinga sistemáticamente estructuras profunda y superficial de las oraciones y emplee reglas transformativas para relacionar ambas estructuras», las cuales deben ser explícitas. Estas se dividen en reglas de estructura sintagmática (que rigen la estructura profunda de las oraciones), reglas transformativas (que las relacionan con la estructura superficial) y reglas de redundancia léxica (que especifican qué reglas sintácticas se aplican a determinados elementos léxicos).

BIBLIOGRAFÍA
Anderson, James M (1977). Aspectos estructurales del cambio lingüístico. Gredos. Madrid.
Bynon, Theodora (1981). Lingüística histórica. Ed. Gredos, versión española, Madrid.
Contreras, Heles (1983). El orden de las palabras en español. Ed. Cátedra, Madrid, segunda edición.
Tejada, Paloma (1999). El cambio lingüístico. Claves para interpretar la historia de la lengua inglesa. Alianza editorial, Madrid.

sábado, julio 24

Los sonidos en el ashaninka

El asháninka -al igual que el nomatsiguenga, el yine, el machiguenga, entre otros- es una lengua perteneciente a la gran familia lingüística Arawak, la cual se extiende por Sudamérica y El Caribe. Los asháninkas en Sudamérica, tradicionalmente llamados campas (nombre que, en la actualidad, ellos consideran como peyorativo), habitan en los países de Perú y Brasil, y su población total se estima a los 35 mil habitantes.

En nuestro país, la lengua asháninka se habla en el centro oriental peruano, en los departamentos de Cusco, Junín, Pasco, Huánuco y Ucayali. Cuenta con aproximadamente 25 mil habitantes.

Debido a su amplia distribución, existen marcadas diferencias dialectales de la lengua:

  • Asháninka del Perené, en las provincias de La Merced y Satipo, del departamento de Junín
  • Asháninka del Tambo-Ene, en la provincia Satipo, del departamento de Junín y en la provincia de la Convención en el departamento del Cuzco
  • Asháninka del Pichis, en la provincia de Oxapampa del departamento de Cerro de Pasco
  • Asháninka del Ucayali, en la provincia de Purús, del Departamento de Ucayali. Es una extensión del asháninka del Ene Tambo
  • Asháninka del Apurucayali, entre Puerto Inca, de Huánuco, y Oxapampa, de Pasco
  • Asháninka del Gran Pajonal, en la provincia de Atalaya, del departamento de Ucayali

Diversos autores han propuesto el inventario de fonemas del asháninka; sin embargo, debido a la amplia extensión territorial de la lengua, comúnmente se ha elaborado cuadros por cada variedad. Nosotros presentamos los inventarios propuestos para tres de los dialectos: Pichis, Tambo y Gran Pajonal. (Para ver el documento, hacer clic aquí)